domingo, 24 de diciembre de 2017

Mañueco escribe 20 libros en un año

Una hazaña poco frecuente

El escritor alcarreño Juan Pablo Mañueco ha escrito y publicado 20 libros en un año
En el transcurso de este 2017 que ahora termina, un paisano nuestro, al que de vez en cuando nos lo encontramos paseando por el centro de la ciudad, en sus descansos periódicos de su tarea literaria, ha alcanzado un récord que nunca antes se había producido: nada menos que veinte títulos diferentes, en forma de libro, ha escrito y publicado a lo largo de los último once meses…

Mañueco ha escrito poesía, poniendo en las manos de sus lectores, que son cada vez más numerosos, nada menos que 14 tomos sucesivos de su gran obra “Cantil de Cantos”, en la que además de la belleza de sus poemas, acierta a crear estrofas nuevas, singulares formas de ofrecer sus ideas.

También se ha dedicado a llevar adelante una saga de obras que tienen a un Cervantes de ficción como protagonista:”La Sombra de…” y que le hace discurrir, al genio de la Literatura, junto a dos compañeros de viaje (un tal Alonso Quijano, y el cura Pedro Pérez) por las orillas del río Henares.

Quizás sea él mismo quien mejor pueda explicar el alcance de esta obra, que debe ser tenida en cuenta como la de un creador incansable y en ocasiones genial. Esta es la charla que hemos mantenido con él…




¡Veinte libros publicados en un año, un número destacable…!

Veinte entre enero y noviembre de 2017, once meses, casi un libro cada quince días… Me ha sobrado el mes de diciembre, en que he ido preparando algunos de los de 2018.

¿De qué géneros son los libros de este año?



Catorce libros de poesía (la colección “Cantil de Cantos”, compuesto cada uno de ellos en una estrofa nueva y nunca usada anteriormente), cinco novelas y una obra de teatro.

¿Qué temas has tratado fundamentalmente en ellos?

Las novelas han sido tres correlativas, con sentido propio cada una de ellas (“La sombra del sol”, “El sol de amanecer. Los sueños” y “El sol del camino. Los siglos”) que narran el supuesto viaje de tres camaradas Miguel de Cervantes, el hidalgo manchego don Alonso Quijano y el cura seguntino Pedro Pérez, desde un lugar de la Mancha hasta la ciudad de Sigüenza, patria del sacerdote, pasando por Alcalá y el valle del Henares.

El periplo se efectúa en 1601, es decir, cuatro años antes de la publicación del Quijote, y además Cervantes se halla en un momento de creatividad baja, sin ideas sobre las que escribir, habiendo sobrepasado ya el medio siglo de vida, y superado en todos los terrenos por una generación mucho más joven (la de Lope de Vega, Góngora y Quevedo), que ha impuesto un nuevo estilo, el “Barroco”, que el renacentista Cervantes no entiende y que le ha acabado por desorientar del todo.

¿De forma que Cervantes, Alonso Quijano y Pedro Pérez visitan el valle del Henares en unas fechas de crisis existencial de Cervantes y cuatro años antes de la publicación del Quijote?

Eso es… Son sus dos amigos, el manchego y el seguntino, quienes le tienen que ir subiendo el ánimo y la autoestima y dándole ideas sobre aventuras de las que podría escribir, además de lo que les van ocurriendo realmente en el transcurso del viaje.

Un argumento así, ya se nota que tiene que dar mucho juego, necesariamente... Y lo da.

¿Y las otras dos novelas, además de las tres cervantinas?

Una se titula “San Francisco, papa. La acción del Espíritu”, segunda parte -pero también con sentido en sí misma-, de la trilogía “La conversión del papa Francisco”, cuya primera entrega fue “La ciudad de Dios”, la Historia del Vaticano desde antes de Cristo.

En “San Francisco, papa” se narran los sucesos naturales y espirituales que le sobrevienen al recién electo papa Francisco, en el cónclave de 2013 –al que asistimos desde dentro-, para que las dudas de fe que le asaltan, incluso después de su elección, desaparezcan antes de asomarse al Balcón de las Bendiciones, en la hora más intensa de su vida.





Otro argumento que proporciona emociones y narraciones fuertes…

Así es. La última de las novelas de este año se titula “Castilla y el primer Villalar de 1976”, con prólogo de Miguel Delibes, que ha permanecido guardado varios años. Una profunda reflexión sobre Castilla, que ya hace merecedor de que el libro sea leído.

Narro los acontecimientos que viví en primera persona el domingo 25 de abril de 1976, cuando se celebró el primer Villalar, todavía prohibido por el Gobierno y con un pueblo tomado enteramente por la Policía Nacional y la Guardia Civil.

Donde te encuentras más cómodo, ¿en la prosa o en la poesía?

Hace unos años hubiera dicho que en poesía. Ahora en cualquiera de los dos géneros. Aunque, desde luego es más complejo escribir una novela que un breve poema.

Este año, sin embargo, has publicado más poesía que prosa.

Sí. Tenía que dar salida a las estrofas inéditas (y algunas de ellas con nombres que homenajean a Guadalajara: coplas alcarreñas, soneto alcarreño, lira alcarreña, ribereña…) que componen “Cantil de Cantos”. Pero eso no indica nada para el futuro.

¿Cómo ves el panorama literario en Guadalajara en estos momentos? ¿Es fuerte y coherente? ¿O los autores van cada uno por un camino personal y diferente?

En Guadalajara encuentro el talento de valores consagrados, como José Antonio Suárez de Puga o como Francisco García Marquina. Después hay otros grupos de personas que pugnan por abrirse paso… Las coherencias generacionales son siempre momentáneas; al cabo de pocos años, todo grupo se disuelve y cada uno sigue su propio camino.

¿De qué manera aparece Guadalajara en tu obra literaria? ¿Tiene un interés especial tu obra para quienes quieren saber más de Guadalajara?

Aparece en todo lo que escribo, ya sea en poesía o en prosa. Mis poesías o novelas están ambientadas en Roma, en Sevilla, en Barcelona, en Valencia, en Portugal, pero al final siempre hay algún engarce con Guadalajara ciudad o provincia: me resulta más emotivo que así sea, pero además más sencillo: conozco el terreno.

En la novela “La Virgen de las Batallas” (2015) aporto una visión de Guadalajara en el siglo XIII bastante peculiar, aunque en realidad trata de la reconquista por mar de la taifa de Sevilla por la Marina Castellana de Fernando III.

“Viaje por Guadalajara” (2015) es la narración de las doce horas que pasa en la ciudad un visitante que describe todo lo que le sale al paso, un día de agosto de 2014, con nombres y apellidos de personas reales, establecimientos comerciales y hasta aportando las noticias del día, porque el viajero lee y comenta la “Nueva Alcarria” de ese día.

“Viaje por Guadalajara”, sin embargo, es una obra compleja (es prosa, pero en ella aparece por primera vez la octava ola o copla alcarreña, en forma de monólogo interior del protagonista). Terminada su escritura, me di cuenta de las similitudes de estructura (no de argumento) que guarda con “Ulises” de Joyce, cambiando Dublín por Guadalajara.

Ahora bien, para leer el “Ulises” o “Viaje por Guadalajara” el lector debe esforzarse, hasta encajar las piezas. Esto no ocurre con ninguna de mis otras novelas, más sencillas.

Igualmente, en 2016 escribí dos novelas (más que “libros de viajes”) con el título de “Viaje a la Alcarria, versión siglo XXI”. El propósito está claro desde el título: la imagen que ofrece de la provincia el libro de Camilo José Cela de 1946 ha quedado desfasada y trasnochada. Y además es contraproducente. El que no lo quiera ver, que no lo vea, porque esto suena a sacrilegio y blasfemia en determinados círculos oficiales de esta provincia… Pero es evidente. Y mucha gente común y corriente así lo piensa y lo dice en voz baja.




También has tocado temas provinciales en tu obra poética.

Así es. “Donde el Mundo se llama Guadalajara” (2015) es quizá el libro mío de versos que prefiero (junto con otro titulado “España, mareas de tus tres mares”-2015-): en él no dejo espacio de la capital o de la provincia sin recorrer poéticamente. Y puedo decir que los ciento setenta poemas de que consta me satisfacen, por una sencilla razón: si los poemas no cumplían unas exigencias de calidad muy altas, quedaban fuera.

También aprecio “Guadalajara, te doy mi palabra” (2014), con pretensiones menores.

En esa consistente colección de libros “Cantil de Cantos”, ¿qué destacarías: la variedad de nuevas estrofas, o la fuerza de sus temas?

Sobre todo la sonoridad innovadora que aportan las nuevas estrofas. Ver los temas eternos de la poesía, o los temas particulares de Neruda, de Bécquer, de Garcilaso, de Manrique, de Quevedo, de Lope, de Góngora, de Berceo, de Miguel Hernández, de Lorca, de Rubén Darío… en nuevas estrofas inéditas les otorga una expresividad especial.

Y eso es la Literatura: exponer los temas literarios eternos de una forma inédita, en cada época. Eso trata de conseguir la serie “Cantil de Cantos”…

Has sido reconocido de alguna manera, entre nosotros, ¿en Guadalajara?, ¿en la región de Castilla-La Mancha?

En Guadalajara, obtuve el Premio Provincial de Poesía a finales de los 70 y a principios de los 80, y aparecí en algunas Antologías literarias de la época. Mis versos de entonces eran bastante peores que los más recientes, en mi opinión.

Castilla-La Mancha comenzó el año 2017 otorgándome el Premio “Los Tres Grandes” (Cervantes, Cela, Buero Vallejo), por el primer volumen de ese viaje tan singular cervantino “La sombra del sol”. Me considero reconocido con ello. Y espero que las otras dos continuaciones ya publicadas este año también hayan gustado o gusten a quienes estimaron valores literarios en el primer volumen.

Y debo decir que las continuaciones de “La sombra del sol”, hasta llegar a Sigüenza, van a ser siete más. Diez en total, hasta constituir la saga del valle del Henares, con argumentos novelescos en esta ruta cada vez más sorprendentes y ambiciosos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu opinión sobre este libro nos interesa. Escríbela aquí.